Con rindes más estables y una presencia creciente en la campaña, el maíz tardío consolida su protagonismo en la región núcleo. Productores destacan su aporte frente a la variabilidad climática y los analistas lo consideran un cultivo estratégico para el futuro.
En la última campaña agrícola, el maíz tardío se consolidó como el cultivo predominante en la Zona Núcleo, con una participación creciente en la rotación. Los especialistas señalan que la elección responde a su mayor estabilidad frente a la sequía y las altas temperaturas, que afectaron seriamente a los maíces tempranos en los últimos años. Productores locales destacan que, además, este esquema permite optimizar el uso del agua y reducir riesgos productivos, algo clave en un contexto de variabilidad climática. Informes de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) subrayan que más del 60% del maíz sembrado en la región fue tardío, una tendencia que se profundiza año tras año.

Históricamente, el maíz temprano fue el cultivo “estrella” de la región núcleo, pero las últimas campañas demostraron su vulnerabilidad frente a fenómenos climáticos adversos. En contraste, el maíz tardío ofrece mayor previsibilidad en rindes y mejor adaptación a las ventanas de siembra, incluso en años difíciles. En paralelo, el aumento de superficie sembrada con soja de segunda también se relaciona con la expansión del maíz tardío.
Postura oficial: Desde el Ministerio de Agricultura destacaron que el maíz tardío “es un aliado estratégico para garantizar estabilidad productiva en la región núcleo”.
Productores y técnicos: Ingenieros agrónomos señalan que la elección del tardío es “una decisión defensiva, pero que se transformó en oportunidad” por los buenos resultados.
Voces críticas: Algunos analistas alertan que el retraso en la cosecha del tardío puede generar tensiones logísticas en los puertos y plantas de acopio.
La consolidación del maíz tardío redefine la dinámica agrícola de la región núcleo y marca un cambio estructural en las decisiones de siembra.
A futuro, se espera que este esquema impacte en la logística, la comercialización y la planificación de rotaciones, con un mayor equilibrio frente a los vaivenes climáticos.
Para la campaña 2025/26, analistas proyectan que el tardío seguirá ganando terreno, consolidándose como una opción central en el mapa agrícola argentino.